A pesar de la controvertida reforma laboral, marzo vuelve a registrar un amargo record, el de la subida del índice de parados en España. La cifra ha superado los 4.300.000 personas inscritas en los registros del Instituto Nacional de Empleo, un número que no ayuda nada a recuperar la confianza en la economía española, en especial en la economía doméstica y la incentivación del consumo.
Para los sindicatos, la reforma laboral ha devenido en ineficaz, al margen de que al final esa reforma acabó siendo firmada por las centrales sindicales, a pesar de la oposición de la mayoría de los trabajadores del país.
Los datos reales son que el paro subió el mes pasado en 34.406 personas, alcanzando un nuevo máximo histórico y reflejando un dato que desgraciadamente empañaba las cifras de un tibio incremento del número de afiliados a la Seguridad Social, con 45.660 altas.
La cifra de parados subió en todos los sectores, siendo encabezado por el sector servicios y seguido por el colectivo sin empleo anterior. Cataluña y Andalucía “abanderan” el ranking de pérdida de empleo, donde también la población más castigada ha sido la femenina, seguida por jóvenes e inmigrantes.
Por si todos estos datos fueran insuficientes, quizá cabría añadir que durante el mes de marzo también cayó en picado la contratación indefinida, otro punto negro para la reforma laboral del Gobierno Zapatero, quien esgrimía la necesidad de incentivar los contratos indefinidos y su convencimiento de que con las nuevas medidas mejorarían las cifras.