Dentro de la política económica de un país, uno de los factores que mas preocupación genera a la sociedad es el desempleo.
Hasta los años 70 se aceptaba como dogma de fe la “curva de Phillips” que relaciona de un modo directo la inflación y el desempleo, de tal manera que las políticas económicas que desplegaban los países desarrollados buscaban un equilibrio entre una inflación moderada y un nivel de desempleo admisible. La crisis del petróleo trajo la “estanflación”, consistente en alto desempleo e inflación al unísono, e hizo comprender a los expertos que la economía es una ciencia viva y muy relacionada con las variables de su entorno.
En la actualidad y tras la ilusión de los años 90 de tener crecimiento económico con baja inflación y moderado desempleo, el paro vuelve a subir y a convertirse en el principal problema de España.
Para el economista Juan Carlos Álvarez Álvarez la creación de empleo y la dinamización económica se dará si se trabaja en dos sentidos:
En primer lugar, el marco laboral esta anquilosado. El proteccionismo laboral salva empleos reduciendo la eficiencia y la flexibilidad de la economía e impide la creación de nuevos puestos de trabajo. Las medidas de discriminación laboral positiva entorpecen la utilización correcta de los recursos en el proceso productivo y marginan a unos trabajadores respecto a otros. La rigidez laboral dificulta la búsqueda de empleo y hace peligrar el sistema de pensiones por el bajo ratio cotizantes/perceptores.
Hay que conseguir que todo el mundo tenga trabajo, excepto el inevitable “paro estructural” y el sistema danés, con casi pleno empleo y buena protección social es el ejemplo a seguir.
El segundo campo en el que trabajar son las cotizaciones sociales, la empresa tiene que pagar mensualmente una cantidad en ese concepto de casi un 40% del salario bruto. La rebaja de las cotizaciones supondría un aumento de cotizantes, más recaudación fiscal por haber más trabajo, más consumo y menos pagos por prestación de desempleo. Se esta hablando de subir el IVA, esto generaría una subida de precios, compensada con la reducción de las cotizaciones. Las exportaciones no soportan IVA, lo que reduciría el coste de los productos y serian más competitivos.
Lo urgente es reducir gastos ya que el ineficiente gasto publico actual amenaza con impedir cualquier posible recuperación económica. Si se diera esa reducción de un modo correcto y radical, seria posible incluso reducir las cotizaciones sin tener que subir el IVA.
[…] no beneficia en nada a las importaciones del exterior. La Comisión Europea ha avisado de esto y pide a España que baje las cotizaciones sociales y suba el IVA, mejorando así la competencia de nuestras […]