La Generalitat catalana está analizando la viabilidad de aquellos grados universitarios que cuentan con menos de 40 alumnos, y se plantea su supresión si estos no tienen un carácter estratégico o exclusivo en la oferta universitaria de Cataluña.
Antoni Castellà, secretario de Universidades de la Generalitat, comentó ayer que, dentro de la autonomía de cada centro universitario, será donde se decida que grados se suprimen o mantienen en función de su demanda.
El objetivo de la Generalitat es ordenar el mapa universitario catalán, algo que ya se he venido haciendo en los últimos años con la oferta de masters, que de 500 títulos se ha pasado a 160.
Aun está por ver cuantos grados pueden verse afectados por este recorte para el próximo curso. Antes hay que conocer los datos de la preinscripción de los alumnos y analizar las situaciones especiales. Según datos de la propia Secretaria de Universidades, en el curso 2010-2011, se impartían en Cataluña 57 grados con menos de 30 estudiantes en primer curso y 98 grados con menos de 44.
Además de este asunto, y siguiendo con la línea de ajustes económicos que desarrolla la Generalitat de Cataluña, la Secretaria de Universidades ha sugerido al Ministerio que se cree un fondo solidario, a nivel nacional, para que los alumnos puedan estudiar en otras comunidades autónomas. Los alumnos pagarían la misma cantidad por sus matrículas y este fondo aportaría el dinero necesario que ahora costean los gobiernos autonómicos. Solo en Cataluña, los estudiantes de otras regiones españolas, son un total de 12.500, con un coste de 100 millones de euros, mientras que los universitarios catalanes que estudian fuera de Cataluña son unos 3.000.