Una de las primeras medidas que va a llevar a cabo la recién formada Junta de Andalucía es aprobar un plan de choque para el empleo con el que se prevén crear entre 12.000 y 20.000 nuevos empleos.
Supondrá el desembolso de 200 millones de euros, que se dividirán en tres grandes bloques, actividades de reforestación y regeneración ambiental, rehabilitación de vivienda y ampliación del Plan de Oportunidades Laborales (OLA) para mejorar las instalaciones educativas.
El plan está todavía en fase de redacción y se espera que sea aprobado en el mes de junio, con lo que a partir de ese mes se comenzarían con las contrataciones y las licitaciones.
Los 200 millones destinados a este plan de choque procederán de un adelanto del dinero procedente de fondos europeos, y al mismo tiempo estarán cofinanciados por la Junta de Andalucía. Según ha explicado el consejero de Economía de Andalucía, Antonio Ávila “por cada tres euros que vienen de Europa la Junta pone un euro más”.
El consejero ha explicado además que “se ha trasladado la voluntad de que haya una vertiente en las contrataciones que puedan realizarse ligadas a parados de larga duración y personas que hayan perdido las prestaciones por desempleo“.
Ahora la pregunta es, ¿sirven este tipo de planes de empleo para algo? ¿se le aplicaría el dicho de pan para hoy y hambre para mañana o es la única solución que pueden dar los gobiernos para paliar la galopante destrucción de empleo?