El otro día se presentaron los Presupuestos Generales del Estado. En él se recogía una reducción del 6,3% en el gasto de prestaciones por desempleo para el ejercicio de 2013, fruto de la modificación (o mejor dicho, recorte) de la cuantía de prestaciones de hace unos meses y una estimación de la tasa de paro para el próximo año.
Sin embargo, una vez conocidos los datos del paro del mes de septiembre, el Gobierno se declara desbordado por un crecimiento algo más alto del que estaba en sus previsiones, lo que compromete los números presupuestados para 2013.
La cifra de la reducción del 6,3% del gasto en prestaciones del presupuesto para 2013 contrasta con el aumento acontecido el mes pasado del 5,7% del gasto en prestaciones, llegando hasta los 21.107 millones de euros. El Ejecutivo esperaba gastar menos dinero en este 2012 que en 2011, pero el desfase alcanza ya los 3.000 millones de euros, y esto tendrá su repercusión en las cuentas del 2012, pudiendo descuadrar la “famosa” cifra de déficit.
El Gobierno todavía está a tiempo de enmendar las cuentas de 2013, que ahora encaran su trámite parlamentario. En cambio, en lo que respecta a las cuentas de 2012, solo le queda esperar un repentino cambio, algo que resultará difícil que se produzca.
Para tranquilidad de los parados, a pesar de que el gasto en prestaciones desborde lo presupuestado, el Gobierno tiene la obligación de endeudarse y seguir pagando las prestaciones.