El estrés prevacacional muestra las dificultades que plantea la cuenta atrás que todo trabajador hace con mucha intensidad durante los días previos a sus vacaciones. Sin embargo, es importante dejar bien atados todos los asuntos para no dejar gestiones pendientes de resolver para el regreso a la oficina en cuyo caso, el estrés se multiplica. Las vacaciones no son una huida sino un periodo que tiene principio y final. Conviene tenerlo en cuenta porque existen personas que durante sus días previos al descanso se comportan como si no fuesen a volver nunca. ¿Cómo gestionar el estrés prevacacional?
Conviene transformar el exceso de trabajo en una motivación extra: piensa que cada gestión que resuelves te acerca al gran placer de disfrutar de un veraneo inolvidable. El descanso del verano es el premio a todo el esfuerzo realizado a lo largo del año, por ello, en lugar de sufrir con la cuenta atrás, disfruta del momento. Además, así como cualquier trabajador tiene su ánimo más elevado en viernes que en lunes, del mismo modo, cualquier trabajador tiene su ánimo más elevado en los días previos a sus vacaciones que en su regreso a la oficina.
Comienza el día laboral haciendo esas gestiones que requieren una máxima concentración y esfuerzo ya que es en ese momento cuando la mente está más centrada que nunca. Además, una vez que te quitas de encima esos asuntos que requieren un gran esfuerzo también te quitas un peso de encima y todo fluye mejor.
Utiliza ropa muy cómoda para ir al trabajo buscando el máximo confort. Utiliza la ropa como una aliada de tu rutina cotidiana.
Afronta la rutina laboral con pensamiento positivo y sentido del humor porque el modo en el que afrontas la realidad también influye en tu grado de bienestar.
Foto – Daquella Manera