Laszlo Andor, comisario europeo de Empleo, ha pedido a Alemania que aumente los sueldos de sus trabajadores para no perjudicar el crecimiento económico del resto de Europa y que la propia Alemania se contagie de esta situación.
Andor, se ha mostrado muy crítico con la contención de los sueldos en Alemania, algo que contrasta con el aumento de su productividad en la última década, al señalar que “sería muy importante para Alemania multiplicar la inversión pública, estimular la demanda y reducir sus superávits comerciales excesivos, que están perjudicando a sus vecinos europeos. Para ello, un cambio en la política salarial es esencial desde el punto de vista de la comisión”.
La polémica viene de lejos. Ya el año pasado, el socio de Angela Merkel, el Partido Socialdemócrata, exigió la creación de sueldos mínimos de 8,5 euros la hora para entrar a formar parte de la coalición de gobierno.
Los expertos han llegado a sugerir incluso que los sueldos de Alemania deberían incrementarse en un 3%, una idea que comparte el Bundesbank y el Banco Central Europeo.
Por su parte, desde la Federación de Empleadores, la patronal alemana, se han manifestado en contra de una subida generalizada de sueldos y apuestan por analizar cada sector económico y la productividad de sus empresas para aplicar o no el sueldo mínimo.
Ingo Kramer, presidente de la Federación de Empleadores, ha comentado que “entiendo que los salarios en los países vecinos tengan que subir menos que en Alemania para ganar competitividad, pero no que en Alemania tengan que subir más que en los vecinos”.
En la actualidad, un gran número de los contratos de trabajo que se firman en Alemania son a tiempo parcial, entre los que se incluyen los denostados minijobs, modalidad en la que los trabajadores no pagan impuestos por los sueldos que perciben y cotizan a la Seguridad Social solo de forma voluntaria.
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